11:11
Cuando en mi honor repiquen las campanas
y tu duelo te deje de doler,
cuando el tiempo se detenga en la mañana
aquella que quisiste volver
a pedirme que ya nunca te abandone
a rogarme que te entregue mi perdón
a regar nuestra tierra con canciones
y encerrarnos en un solo corazón.
Cuando despierten los sueños imposibles
y las horas terminen de pasar,
cuando la espera se haga irresistible
y mi sombra se tire a descansar
en la historia sin fin de un hasta luego,
en un cielo con nubes de algodón,
en los ojos de los amores ciegos
que se encuentran en un solo corazón,
voy a poder decir que no puedo morir sin verte,
perfumada con rocío de la madrugada,
un río que al llegar se acuesta con las olas del mar.
Bella, serás siempre la más bella
¿dónde te puedo encontrar?
En la historia sin fin de un hasta luego,
en las pálidas luces de neón,
en los ojos de los amores ciegos
que se encuentran en un solo corazón.
Sé que la distancia se adueñó de la verdad,
que no hay fronteras en mi eterna soledad.
Y las palabras que me llevan a entender
son las que salen de mi mano sin querer
cuando no puedo estar contigo.
Sé que cuando el tiempo sea polvo y nada más,
cuando mis ojos se den cuenta de que no estás
una mañana de verano en tu balcón,
el día en que pueda hablarte con el corazón,
voy a volver a estar contigo.
Sé que las canciones solo pueden lastimar
cuando en mi dulce espera se hacen esperar,
que no hay manera de que deje de sentir
este silencio que se muere por decir
que solo quiere estar contigo.
Sé que con los años vas a darme la razón.
¿De qué colores son las flores del perdón?
¿Cuántos caminos los que tuve que cruzar?
¿Y cuántas bocas las que quisiera besar?
Sé que los sueños solo se hacen realidad
en mi eterna soledad,
si ya no vuelvo a estar contigo.
Ese amor de fantasía
sigue dándome alegría
y no se cansa de vivir.
Estoy deliberando si me quedo o si me voy
del mismo bando de la sombra del ayer,
entre las hojas de los libros que al leer
se van quedando con mis pensamientos.
Te puedo oír
y darme cuenta de si en verdad te vas a ir,
cerrar la puerta sin haberte dicho adiós,
tener la llave de la llave de mi voz
y tocar en clave de sol y viento.
Llorar, llorar, llorar,
cada vez que el amor se queda en la ruina
Llorar, llorar, llorar,
de esquina en esquina en un puerto sin mar
y llorar, llorar, llorar,
y cuando parece que todo termina
tropiezo en tus ojos, me caigo y me vuelvo a parar.
Tal vez, no sea nunca ni pasado ni después
y deje trunca la alegría a mi pesar,
me hagan un guiño esas miradas al pasar
y se congelen mis oraciones.
Y si al final
lo que veía en mi bola de cristal
es lo que había visto en mi imaginación
el día que te vi asomada a tu balcón
y te hice parte de mis canciones.
Soñar
cuando duele el amor,
cuando te alejas de mí,
cuando no sé si te quiero,
por lo que yo más sufrí,
por lo que casi me muero.
Seguir
para poderte alcanzar.
Contigo en el corazón
en tu mirada perdida
voy a esconder mi canción
en un rincón de mi vida.
Tener
el recuerdo mejor,
tu fortuna en mi mano,
el más dulce final.
Porque nada es en vano
cuando ya nada es igual.
Porque
no puedo estar junto a ti,
si tú eres para mí
lo que tanto yo soñé
Porque
si el tiempo se hace esperar
tenemos que abandonar
para siempre nuestro amor.
No sé
si es mejor olvidar,
o prefiero seguir.
No sé si es mejor terminar,
o encontrar un motivo
para volver a reír,
para ya no estar contigo.
Cuando pasa el temporal
vuelven a quedar abiertas
todas las ventanas y las puertas
que encerraban dentro suyo un ideal.
Y empiezan los juegos
se despierta el día
el fuego que ardía
vuelve a hacerse fuego.
Mientras que en silencio
yo disfruto el baile,
vuelan por el aire
palabras cargadas de dolor.
Ohohoh, suenan fuerte las canciones
ohohoh, como trenes por las estaciones
ohohoh, se desgarra mi bandera
ohohoh, cuando pasa el temporal.
Cuando pasa el temporal
se agavillan los sentidos,
vuelven a quedar unidos
los pedazos de mi casa de cristal.
Mi alma en pie de guerra
vive en armonía,
la tierra que ardía
vuelve a hacerse tierra.
Mientras que tus ojos
duermen con los míos
se oyen como el río
palabras cargadas de dolor.
Ohohoh, suenan fuerte las canciones
ohohoh, como el grito de nuestras naciones
ohohoh, se desgarra mi bandera
ohohoh, cuando pasa el temporal.
Con la voz pendiendo de dos hilos
en el filo del comienzo de un adiós,
el poeta regala con estilo
su glorieta pintada en un arroz.
Resignada deshojando sus laureles
con las redes ya cansadas de esperar,
se levanta la tropa en los cuarteles
pero nunca se alcanza a despertar.
Desde el día que me dejaste
ya nadie me echa de menos
decía una mañanita
en la hacienda del sereno.
¿Para qué voy a pedirte
que vuelvas de vez en cuando
si aunque ya no me contestes
yo siempre te estaré esperando?
Si aunque ya no me intereses,
si aunque no te lo mereces.
Con el tiempo aprendí
a vivir de los desengaños,
a dejarme llevar
y a brindar
en tierra de extraños,
y a cantar sin pensar en ti.
Con el tiempo aprendí
a rimar esperanza con desconsuelo,
a volver a nacer, a ganar, a perder
y a caer al suelo
y a olvidarme que no estás aquí.
Ya no quiero saber
si mentías cuando me decías
que me querías, si esas lágrimas que me hacían doler
eran las mías.
Quisiera hacer del planeta
un mejor lugar
para aquel que lo quiera habitar,
un poco más tranquilo
y más amable,
repartiendo el filo en forma más razonable.
Dejar que el negocio se hunda en el ocio
y se caigan al precipicio
la abstinencia y el vicio
y que la gente deje de creer
que el dinero es el único dios verdadero.
Hacer canciones de noche y de día
y llenar la alcancía de buenos momentos,
repartir el viento y las alegrías,
el pan y los dones de los talentos.
Y que de una vez por todas
me crezcan alas
para salir volando como una bengala
y después de un ratito
caer de vuelta al suelo
y contarte qué lindo
se te ve desde el cielo.
Fiço a noite e nao tein as estrelas
brilhando no ceu.
Sim uma lua
que me deixe ver um pouco mais
algo en teus olhos,
nesse olhar, uma luz ilumina,
o camino que eu tein por andar
Pego teu mano ,
te cheio de flores,
te falo de amor,
siento en meu peito
um clima que rola
e no vai parar.
Ay, Yara Yara,
Yara demais,
um tesouro do Rio,
um tesouro do mar
Hay algo que nunca te dije y quisiera contarte,
que cuando el futuro está cerca lo puedo escribir.
Es fácil también predecir que no voy a olvidarte,
tampoco matarte y dejarme morir.
Y así fue como te adueñaste de mi pensamiento,
mi cuerpo fue para tu boca un pedazo de pan,
tu sangre fue el vino que trajo hasta mí el sentimiento
de amores que vienen y nunca se van.
Dame, dame más que queda muy poco, corazón,
sin mirar atrás, sin tener que dar una razón.
No digas que no,
ya no quiero oír
que digas que no
porque queda mucho por vivir.
Puedo decir que aunque pasen los días
y no me pidas que haga de cuenta ya no estoy,
que veo en la sombra que refleja mi alegría
aquellos ojos que ya no lloran cuando me voy.
Bajo una luna sin más pena que gloria
de mi memoria borré las lágrimas que derramé por ti,
y aunque esta vida no me haya dado una victoria
encontraré unos nuevos ojos que quieran llorar por mí…
que quieran llorar por mí,
aunque sea peligroso,
que quieran llorar por mí,
con un beso mentiroso,
que quieran llorar por mí,
si el destino me abandona,
que quieran llorar por mí,
que quieran llorar por mí.
Deja que mienta cuando te digo
que te miento y repasar el momento aquel en que te vi partir.
Conté las lágrimas que caían del firmamento,
perdí la cuenta cuando contaba las que lloraban por mí.
Yo no soy tu cielo
ni tú eres mi caramelo,
yo no soy cantante
pero puedo ser tu amante,
yo no soy poeta
pero tengo la receta
si te duele el corazón:
salsita de camarón.
Si te duele la cabeza,
un vasito de cerveza.
Si te duele el corazón,
salsita de camarón.
After a 4 year hiatus, Los Pinguos’ 2012 release “1111” is a playful mix of the styles they’ve been developing over more than a decade. From the Beatles influenced “Bella” to the classic cumbia of “Salsita de Camaron”, the album is light and easygoing. There are only a few exceptions to this: the haunting “Soñar” and the ska tinged hit “El Sereno”, which is a reflection of the loss of songwriter Jose Agote’s voice. But beyond these moments of introspection, “1111” feels like
the many salty California summers they have spent in Los Angeles…carefree.